Dos+uno.
Ese momento. Ese, era ese. Mi favorito. El momento en el que me sonreías, empezabas a decir cualquier tontería sabiendo que te iba a seguir la corriente y te acercabas, poco a poco, lentamente. Tus ojos miraban los míos, y luego bajaban y miraban mis labios, deseándolos. Dejábamos de hablar. El silencio acompañaba cada uno de esos momentos. Tus labios me rozaban. Sonreías en el último momento y entonces me besabas. No sé si es tu sonrisa en el último segundo la que hacía especial ese momento, o si era tan solo tu presencia, o tus adictivos labios.
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