lunes, 9 de agosto de 2010

PEQUEÑOS MOMENTOS

A veces, cuando los días son grises, cuando suena el despertador en tu sueño más plácido para llevarte a rastras a un nuevo día de estrés y agonía, cuando los problemas se amontonan a tus espaldas, cuando tienes frío, cuando lloras sin saber porqué algunas mañanas, cuando estás enfadada contigo misma hasta llegar a hacerte daño.... crees erróneamente que eres una eterna víctima de la infelicidad. Pero reflexiona sólo un minuto. Cierra los ojos. Respira muy hondo hasta llenar de aire fresco de nuevo tus pulmones. Siente cómo tu corazón se relaja, la sangre palpita en tus sienes, tus pulsaciones bajan. Y transporta tu alma a aquellos pequeños momentos que te hacen sentirte viva. Las mañanas de domingo cuando entra el sol a sacarte de la cama, pero hoy no, hoy no que estás acompañada; los días de playa dejándote arrastrar inerte por las olas; la arena caliente bajo tu cuerpo; la música que te mueve, que te anima, los sábados por la noche cuando te preparas para una nueva e intrigante madrugada; las tardes de sofá y peli bajo tres capas de mantas; las comidas entre nosotras mirando la tele y riendo con ganas; las mañanas que te levantas y ya huele a café recién hecho y a tostadas; cuando el agua caliente de la ducha recorre tu piel reconfortándola por las horas cansadas; las llamadas a cualquier hora y cualquier día de la gente que te importa y el sentir de vez en cuando esas cosquillas, ese hormigueo, cuando determinadas manos recorren tu espalda... Infinitos instantes que constatan que la felicidad existe sin duda. Y es que te voy a contar mi secreto: los momentos más grandes son los pequeños momentos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario